En una auténtica celebración de pueblo en Santiago de Cuba, se convirtió esta tarde el Desfile de la Serpiente, devenido inauguración popular de la edición 43.ª del Festival del Caribe.
Y es que si bien el pasado 3 de julio en el Teatro Heredia aconteció la apertura oficial del encuentro, es en esta procesión por las calles de la ciudad, cuando mejor se manifiesta la esencia del Festival: la cultura popular tradicional.
La también llamada Fiesta del Fuego está dedicada este año, a la cultura popular del Estado de Bahía, en Brasil, de ahí que fuera la de ese país, aun sin ser la más numerosa, una de las delegaciones más aplaudidas.
Frente al Parque Céspedes y en un momento puntual de la tarde, Juan Martén, “Wancho”, Sacerdote de Ifá (Padre del Secreto) que habitualmente rige las ceremonias del festejo, entregó la Mpaka (artilugio en forma de asta de bovino que contiene “todo lo bueno”) a Manuel Falcón, Gobernador santiaguero; al señor Christian Vargas, Embajador de la República Federativa de Brasil en Cuba, y al señor Vladimir Piñeiro, presidente de la Fundación Pedro Carmón y representante de la Secretaria de Cultura de Bahía.
Yaneidis Hechavarría, presidenta (Alcaldesa) de la Asamblea Municipal del Poder Popular, recibió de Wancho un Chichiricú (un poder dentro de Ifá), considerado un resguardo.
Como novedad en el Desfile de la Serpiente, se sumaron a este varios de los participantes en el maratón realizado el pasado 3 de julio, para saludar al Festival.
Víctor Sigué, especialista de comunicación de la Casa del Caribe y organizador de la carrera, encabezó esta tarde, la participación del grupo de maratonistas, una acción calificada por directivos de la fiesta, como “iniciativa que llegó para quedarse” en el programa cada julio.
Ante el público numeroso que ocupó las aceras desde la Plaza de Marte hasta el Parque Céspedes, desfilaron las delegaciones extranjeras y los grupos cubanos, portadores y reproductores de la cultura popular tradicional.
El Festival del Caribe se extenderá hasta el venidero 9 de julio cuando concluya el programa general y tenga lugar el esperado Desfile del Fuego, igualmente por las calles de la urbe, hasta confluir en la Alameda Michaelsen, a orillas de la bahía, donde será quemado el Diablo.