Por Javier Labrada García
Foto: Archivo
Está visto y demostrado que la inspiración puede brotar de la más absurda, ilógica y triste de las casualidades. Por ello les traigo una historia basada, no en hechos reales, como una película a lo Hollywod, pero si en mi experiencia personal. Cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia.
Son las 5 de la tarde. Parque a un costado de una calle central, transeúntes que esperan ansiosos algún transporte. El calor, a pesar del clima de tormenta, se siente con insistencia bajo la tela de nuestra ropa. Miro a un lado, al otro. Solo personas.
De pronto un auto ligero, o en otras palabras, un jeep particular rojo y negro, parquea a unos metros de nosotros. Con un dedo le hago una seña al chofer. Asiente y todos nos movemos para abordarlo. El “monstruo rodante” arranca y se pierde rápidamente entre las curvas de la carretera.
Solo una parada antes de nuestro destino, se baja uno de los pasajeros. Le entrega al chofer un billete de 5 pesos. El chofer lo toma, suspira fuerte y murmura entre dientes algo inentendible, pero que evidentemente no es un elogio al pasajero. Pido la parada. Como ando con mi esposa pago por ambos con un billete de 10 pesos. Al bajar el chofer me dice:
___ Pipo!, son 15 pesos.
Me acerco a él y le respondo:
__ Compadre! ¿Usted no sabe que desde este miércoles el precio del pasaje se topó a 4 pesos por pasajeros en los autos ligeros en esta ruta?
El chofer me mira como indignado y dice: ¿Ah sí?
Arrancó sin darme explicaciones y no me devolvió el cambio. La legalidad, mi derecho y mi dinero burlados por el irrespeto de un estafador.
Explico los motivos de mi reclamación: El pasado miércoles 7 de agosto, en el Programa de Participación Ciudadana “Enlace Popular” de nuestra emisora Radio Triple M, el Director de la Empresa Municipal de Transporte compareció ante los micrófonos para informar sobre el nuevo listado de precios topados para el transporte privado, aprobados por el Consejo de la Administración Provincial. Aseguró además que dichos precios eran ya del conocimiento de los transportistas privados.
En dicha ruta, Cruce de los Baños –Matías, el nuevo precio en autos ligeros es de 4 pesos por pasajeros, eliminando el precio de 7 pesos vigente semanas antes. ¿Entonces? Continúa el pueblo sufriendo avatares sin aparente cascabel, sin respaldo de ningún tipo que defienda su derecho. Y aunque hay quien diga que los transportistas también son parte del pueblo, estas aptitudes solo me hacen confirmar que ellos son otro tipo de pueblo, una plutocracia sin censores que se aprovecha de la necesidad del cubano de a pie.
Vuelve mi duda de siempre, ¿quién controla que en determinados horarios no ocurra esto? ¿No eran los transportistas conscientes de los nuevos precios? ¿O es que es uno de los tantos que, de manera ilegal, circulan machacando al pueblo sin piedad? ¿Dónde diablos están los inspectores en esos horarios? Y aunque se denuncien, ¿Quién va a resarcir de los daños a los afectados por ladrones al volante?
Lo más importante ¿dónde están las respuestas?
Está visto y demostrado que la inspiración puede brotar de la más absurda, ilógica y triste de las casualidades. Por ello les traigo una historia basada, no en hechos reales, como una película a lo Hollywod, pero si en mi experiencia personal. Cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia.
Son las 5 de la tarde. Parque a un costado de una calle central, transeúntes que esperan ansiosos algún transporte. El calor, a pesar del clima de tormenta, se siente con insistencia bajo la tela de nuestra ropa. Miro a un lado, al otro. Solo personas.
De pronto un auto ligero, o en otras palabras, un jeep particular rojo y negro, parquea a unos metros de nosotros. Con un dedo le hago una seña al chofer. Asiente y todos nos movemos para abordarlo. El “monstruo rodante” arranca y se pierde rápidamente entre las curvas de la carretera.
Solo una parada antes de nuestro destino, se baja uno de los pasajeros. Le entrega al chofer un billete de 5 pesos. El chofer lo toma, suspira fuerte y murmura entre dientes algo inentendible, pero que evidentemente no es un elogio al pasajero. Pido la parada. Como ando con mi esposa pago por ambos con un billete de 10 pesos. Al bajar el chofer me dice:
___ Pipo!, son 15 pesos.
Me acerco a él y le respondo:
__ Compadre! ¿Usted no sabe que desde este miércoles el precio del pasaje se topó a 4 pesos por pasajeros en los autos ligeros en esta ruta?
El chofer me mira como indignado y dice: ¿Ah sí?
Arrancó sin darme explicaciones y no me devolvió el cambio. La legalidad, mi derecho y mi dinero burlados por el irrespeto de un estafador.
Explico los motivos de mi reclamación: El pasado miércoles 7 de agosto, en el Programa de Participación Ciudadana “Enlace Popular” de nuestra emisora Radio Triple M, el Director de la Empresa Municipal de Transporte compareció ante los micrófonos para informar sobre el nuevo listado de precios topados para el transporte privado, aprobados por el Consejo de la Administración Provincial. Aseguró además que dichos precios eran ya del conocimiento de los transportistas privados.
En dicha ruta, Cruce de los Baños –Matías, el nuevo precio en autos ligeros es de 4 pesos por pasajeros, eliminando el precio de 7 pesos vigente semanas antes. ¿Entonces? Continúa el pueblo sufriendo avatares sin aparente cascabel, sin respaldo de ningún tipo que defienda su derecho. Y aunque hay quien diga que los transportistas también son parte del pueblo, estas aptitudes solo me hacen confirmar que ellos son otro tipo de pueblo, una plutocracia sin censores que se aprovecha de la necesidad del cubano de a pie.
Vuelve mi duda de siempre, ¿quién controla que en determinados horarios no ocurra esto? ¿No eran los transportistas conscientes de los nuevos precios? ¿O es que es uno de los tantos que, de manera ilegal, circulan machacando al pueblo sin piedad? ¿Dónde diablos están los inspectores en esos horarios? Y aunque se denuncien, ¿Quién va a resarcir de los daños a los afectados por ladrones al volante?
Lo más importante ¿dónde están las respuestas?